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Ruta da Pedra e da Auga: Ruta mágica

Un mágico sendero que conforma las Rutas do Salnés, en las Rías Baixas, bordeando el río Armenteira enmarcado por una tupida vegetación con pacíficos y atractivos recodos.

Es una ruta con poca dificultad, ideal para caminar con niños e incluso adecuada para personas de cierta edad. También es idónea como ruta de BTT. Curiosamente, el sendero coincide con un viejo camino que la población local recorría cada lunes de Pascua para subir hasta el Monasterio de Armenteira. 

El comienzo

Bien desde la N-550, o desde la AP-9 (de pago), que unen Compostela y Pontevedra, hay que meterse en la AG-41, la autovía que atraviesa el Salnés, para coger la salida de Ribadumia. Enseguida con la rotonda de la VG-4.2, la puerta de entrada a Ribadumia por Barrantes, parroquia del municipio famosa por su vino.

La primera parte es un camino de tierra, siempre bordeando el río Armenteira y bajo el follaje fresco, es un camino fácil de seguir y disfrutar.

El camino está en perfecto estado y hay numerosos espacios con  bancos y mesas de madera para descansar un rato o para refrescarse o merendar…

Los molinos

Aunque la parte más característica de la ruta son los molinos (Muíños), que antiguamente aprovechaban el agua del río para moler el maíz, son la «piedra», y el «agua» del río, lo que da su nombre a la ruta. La mayor parte de los molinos han sido cuidadosamente restaurados y lo más llamativo es su abundancia: hay docenas de ellos, incluso más de 40.

Poco después de comenzar la ruta, se llega al molino do Con. Junto a él, en el suelo, hay un petroglifo. Se trata de una roca con curiosas inscripciones, que parecen tallados en forma de cruz.

A continuación, siguen los Muíños de Meis, cuatro molinos alineados que ofrecen una imagen muy pintoresca, dentro de un área recreativa situada en la ladera de una pequeña colina llamada Cabeza de Boi. Un lugar encantador y agradable para relajarse bajo la sombra de alisos, sauces, abedules, robles y saúcos.

En este sector hay una desviación que conduce a la “Aldea Labrega”, un conjunto escultórico que representa la vida cotidiana de un típico pueblo gallego del siglo XX. Allí pueden apreciarse una iglesia, un hórreo, un cruceiro, un horno y figuras humanas y de animales domésticos.

El segundo tramo de la Ruta da Pedra e da Auga es un camino más inclinado, con zonas de vegetación alta de gran belleza.

Siempre caminando a la vera del río, acompañados por el murmullo de pequeñas cascadas y rápidos, y con los siempre presentes molinos como compañía, se puede experimentar una increíble sensación de paz en este maravilloso tramo del sendero.

La ruta termina en el Monasterio de Armenteira de la Orden cisterciense. El monasterio real es de estilo renacentista y barroco (el claustro, por ejemplo, es la del siglo XVI); fuera de los recintos del monasterio, hay un bar donde se puede recuperar fuerzas con una típica empanada de zamburiñas y un buen Albariño.

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